Un compresor de aire es una máquina diseñada para tomar el aire (o gas) del ambiente, dependiendo del uso que se le quiera dar, almacenarlo y comprimirlo dentro de un tanque y con ese aire, darle potencia a otras herramientas neumáticas o bien realizar múltiples tareas como inflar neumáticos de coches.
Básicamente, el funcionamiento de los compresores de aire se basa en transformar la energía eléctrica en energía mecánica; dicha energía eléctrica es originada por un motor de combustión o eléctrico, y la energía mecánica es el resultado de este proceso, que pasa antes por ser energía neumática generada al comprimir el aire a la presión que necesite la máquina o herramienta.
Cada compresor es capaz de garantizar una presión determinada con una potencia diferente, por eso hay que elegir el adecuado. Para calcular las necesidades de aire comprimido se debe tener en cuenta el uso que se le dará para la necesidad de presión y el consumo de aire requerido.
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